Los valores corporativos constituyen parte esencial de la cultura de una organización. Suele hablarse de ésta como ese conjunto difuso de elementos intangibles compartidos que determinan lo que podríamos llamar la filosofía o la personalidad de una empresa.
La definición de la cultura de una organización puede definirse de forma coloquial como “la forma peculiar que tenemos de hacer las cosas aquí”. Está más que demostrado que la cultura imperante en una corporación son los valores que la integran y condicionan la manera de actuar de sus miembros. Del mismo modo que la personalidad de un individuo, sus principios, y valores explican y condicionan su manera de actuar en el día a día, cuando hablamos de una organización el efecto es el mismo.Claves para transmitir los valores corporativos
De lo expuesto hasta ahora, no es difícil deducir la importancia de tener controlados (conocidos y definidos) los valores corporativos que conforman la cultura de una organización. Parte de este control es también asegurar su transmisión exitosa, y por ello me atrevo a plantear algunas claves a tener en cuenta a la hora de realizar esta tarea. Si la cultura determina el comportamiento y los valores configuran la cultura…. ¡ojo con lo que transmitimos!
- Aunque en puridad sea algo previo a la transmisión, no se pueden difundir con éxito valores que no estén claros y bien definidos. Esto supone asegurarnos de que no los hemos enunciado de manera que sean interpretables o susceptibles de ser entendidos bajo el prisma de la subjetividad individual. Si hay que emplear tiempo en explicar los valores corporativos es que no están bien definidos.
- Aprovechemos las ventajas que ofrece el e-learning y las plataformas de formación para transmitir estos valores corporativos de manera permanente y continuada. Puede ser a través de «planes de acogida” (misión, valor y visión) para nuevas incorporaciones que garanticen que los profesionales conocen los valores de la organización desde el principio, produciendo “vídeos formativos situacionales” sobre cada valor corporativo donde se ejemplaricen las actitudes deseadas, píldoras informativas como rapid-learning o alternativas más lúdicas como la gamificación que ayuden a interiorizarlos.
- Aunque se gaste tiempo y esfuerzo en transmitir valores, los individuos (empleados) harán oídos sordos a todo aquello que no se ajuste a los que ellos ya poseen en su fuero interno. Cambiar los valores de las personas es difícil y, para ser realista, es casi imposible hacerlo cuando se alcanza cierta madurez. Asumiendo esta premisa, quizás el mejor medio de transmitir con éxito los valores corporativos sea asegurarnos que los procesos de selección escogen personas cuyos valores sean compatibles con los de la organización.
- Parece una obviedad, pero para transmitir con éxito valores corporativos, es necesario hacerlos públicos de todos los modos posibles: los directos (por los canales internos de comunicación al uso) y los indirectos (a los que debemos prestar especial atención). Los valores se transmiten por las palabras, pero sobre todo por los hechos. Es importante actuar a diario de acuerdo con esos valores, y trabajar para dejarlos impresos en los procesos de desarrollo y ejecución de los productos y servicios que se entregan a los clientes.
Para asegurar el éxito en la comunicación de valores corporativos sigue cada uno de los puntos anteriormente expuestos para así lograr alcanzar a las personas internamente y externamente. Si pones en práctica cada uno de los pasos continuamente, nunca te equivocarás.