El desarrollo de habilidades se ha convertido en una prioridad para las empresas. Las organizaciones han tenido que enfrentarse a más cambios que nunca en los últimos diez años, motivados por la digitalización, la evolución de la tecnología y las necesidades de los clientes. Actualmente, muchas empresas realizan inversiones significativas en formación y desarrollo del talento, pero según McKinsey, son muy pocas las que dan como resultado un cambio de comportamiento en el lugar de trabajo.
Cuando se trata de la adquisición de conocimientos y habilidades necesarias para enfrentarse a estos cambios y la rapidez con la que ocurren, el éxito de cualquier iniciativa de formación depende de la combinación correcta entre comprensión y experiencia práctica. Si bien los seres humanos adquieren conocimientos y capacidades a través del aprendizaje; cuando se ponen en práctica es que realmente se consiguen consolidar, recordar y aplicar.
En este contexto, el learning by doing o aprendizaje experiencial se presenta como la metodología más eficaz para adquirir habilidades, ya que fomenta el aprendizaje a través de la práctica con el objetivo de aprender tanto de los aciertos como de los errores. Así, esta metodología abre paso a la adquisición de competencias claves para el desarrollo empresarial, tales como el trabajo en equipo, solución de problemas y liderazgo.
‘Learning-by-doing’ o aprendizaje efectivo a través de la práctica
A pesar de que muchas empresas dejan sin explorar el camino del aprendizaje experiencial, no se trata de una metodología nueva. Ya lo expresaba Albert Einstein en su célebre cita: “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”.
A principios del siglo XX, diversos teóricos como John Dewey, Jean Piaget y Kurt Lewin consideraban que la educación debía ser activa. Sus teorías basadas en que el aprendizaje “se produce de mejor manera cuando es consecuencia de experiencias significativas”, fueron llevadas a la práctica más tarde por David Kolb, profesor de la Universidad de Harvard. Este académico pensaba que “aprender haciendo” proporcionaba mejores resultados al permitir que los estudiantes aplicaran conceptos y teorías a situaciones reales. Con este pensamiento, puso en marcha actividades como juegos, simulaciones o roleplays en sus clases, obteniendo mejores resultados de atención y retención. Así fue como desarrolló la teoría del aprendizaje experiencial o lo que hoy conocemos como learning by doing.
El learning by doing es una metodología basada en la experimentación. Consiste en adquirir habilidades que permitan aprender a resolver situaciones o problemas en la vida real. Pero para aprender a través de experiencias, es necesario que estas resulten interesantes para el alumno. Algo especialmente relevante en una era donde el tiempo no es la única barrera para el aprendizaje, sino también la disponibilidad de la atención.
El learning by doing utiliza como principal herramienta la práctica, que apela a dos factores importantes: las emociones, tales como el estrés, la sorpresa o la alegría que se despiertan cuando intentamos realizar una acción; y el riesgo, porque ante una situación donde podemos fallar, el ser humano es capaz de recordar mejor los errores y corregirlos.
La pirámide del aprendizaje
Los datos lo confirman, solo recordamos el 5% de lo que escuchamos, frente al 75% de lo que hacemos. Por lo cual la práctica y la repetición son dos elementos clave de esta metodología. Y apelando a ejemplos básicos como aprender a caminar o montar una bicicleta, ¡Nadie aprende estas cosas a través de la teoría!, sino más bien de la práctica.
Hablando entonces de habilidades más complejas, como la comunicación eficiente o el liderazgo, la práctica permite a los alumnos revisar los conceptos de manera activa, elegir o cambiar enfoques y resolver problemas en situaciones reales.
Pero además de la práctica, otro de los aspectos que hacen efectivo el learning by doing es la mímica. Porque cuando atendemos a una lección sabiendo que después tendremos que repetir la acción o contestar preguntas, el cerebro se prepara en consecuencia. La idea de la práctica inmediata pone en marcha los mismos procesos cerebrales que la práctica en sí, dando como respuesta un aumento de la atención.
Cómo convertir el aprendizaje en una experiencia significativa
Un estudio realizado por McKinsey & Company encontró que el aprendizaje práctico es más valorado para los empleados que el aprendizaje teórico, ya que permite desarrollar habilidades y solucionar problemas de manera efectiva en el trabajo. Pero no solo eso, sino que la formación tradicional ofrecida en la actualidad no es suficiente para preparar a las personas para un futuro más dinámico y confuso. Por lo cual debemos prestar especial atención a la manera en la que formamos a nuestros empleados y adoptar técnicas que fomenten la iniciativa propia y despierten sus capacidades, mediante actividades que aporten un valor a los objetivos o proyectos de la empresa.
La formación con simulaciones de determinadas situaciones reales y otros elementos interactivo, son excelentes oportunidades para que los empleados desarrollen habilidades especialmente valoradas en el contexto actual, como la creatividad, el pensamiento estratégico y crítico, la toma de decisiones y la autoevaluación.
El aprendizaje experiencial o learning by doing convierte el aprendizaje en algo significativo, porque involucra a las personas y genera una conexión entre lo aprendido y lo que sienten. Asimismo, fortalece la capacidad de acción de los empleados, aumentando su implicación y participación en proyectos. Además, a través de las experiencias de aprendizaje se construye un networking positivo entre compañeros, lo cual permite afianzar vínculos y desarrollar habilidades sociales.
Cómo implementar la metodología learning by doing en tu organización
Gracias al e-learning es aún más sencillo adoptar este tipo de metodología. Sobre todo, porque permite incluir elementos prácticos e interactivos en formatos muy dinámicos, que ayudan a reforzar lo aprendido. Sin embargo, el aprendizaje práctico no es excluyente de la teoría. De hecho, lo mejor es unir ambos modelos, combinándolos para acelerar el proceso de aprendizaje y traslado al puesto de trabajo.
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