Brain-based learning: 6 estrategias de aprendizaje basado en el cerebro aplicadas al e-learning

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¿Alguna vez te has preguntado cómo aprende el cerebro? A medida que avanzamos en la comprensión de la neurociencia, surgen nuevas perspectivas sobre cómo podemos aprovechar las capacidades innatas del cerebro para mejorar la forma en que adquirimos y retenemos conocimientos. En este sentido, uno de los conceptos más interesantes es el del brain-based learning o aprendizaje basado en el cerebro.

¿Qué es el brain-based learning?

Este enfoque educativo se basa en la comprensión del cerebro humano y de los procesos neurológicos, para diseñar estrategias de aprendizaje mucho más efectivas y óptimas. El aprendizaje basado en el cerebro sostiene que cada persona tiene un cerebro único y que el aprendizaje es un proceso complejo que involucra la interacción de diferentes áreas cerebrales. Busca la utilización de métodos y prácticas educativas que estén alineadas con la forma que tiene el cerebro de procesar, organizar y retener la información.

Algunos de los principios clave del aprendizaje basado en el cerebro incluyen la importancia de involucrar tanto el hemisferio derecho como el izquierdo del cerebro, la relevancia de las emociones en el proceso de aprendizaje, el papel del contexto y el significado en la retención de la información, y la importancia del enfoque y la atención en la consolidación del aprendizaje.

6 estrategias de aprendizaje basado en el cerebro aplicadas al e-learning

En el campo del e-learning, este enfoque juega un papel muy importante, ya que utiliza los últimos hallazgos de la neurociencia para ayudarnos a diseñar experiencias de aprendizaje mucho más amigables y efectivas. Teniendo en cuenta los principios sobre el funcionamiento del aprendizaje basado en el cerebro, te contamos algunas estrategias de aprendizaje que mejoran la retención y el aprendizaje significativo:

1. Repetición espaciada y práctica distribuida

Esta estrategia se basa en la aplicación de sesiones cortas de aprendizaje distribuidas en un periodo de tiempo prolongado, en lugar de una sola sesión de aprendizaje larga. Es decir, que 3 sesiones de aprendizaje de 15 minutos cada una, repartidas en 1 hora son más efectivas que una sola sesión de aprendizaje de 1 hora. Esto sucede porque la distribución del aprendizaje y su posterior repetición fortalece la memoria a largo plazo y el aprendizaje de nuevos conceptos.

Llevar a la práctica esta estrategia requiere planificar las sesiones de estudio y emplear métodos para distribuir el contenido en físico o de manera virtual, y las tarjetas o cards son los elementos multimedia ideales para lograrlo.

2. Fragmentación

Esta estrategia se basa en agrupar información en pequeños fragmentos que sean fáciles de asimilar. La información puede dividirse entre diferentes categorías, pero siempre debe tener un hilo que las vincule. Por ejemplo, al aprender un idioma, el aprendizaje se puede dividir entre los colores, los números y las letras.

Un buen método para aplicar esta estrategia es a través del microlearning, donde se imparten pequeños fragmentos o sesiones formativas de no más de 15 minutos, que luego juntas se convierten en una unidad de información más amplia que el cerebro puede manejar mejor.

3. Aprendizaje generativo

La tercera estrategia se centra en actividades como crear, enseñar algo o experimentarlo en contextos reales. Esta práctica refuerza el aprendizaje, ya que mejora la comprensión, la memoria y ayuda a descubrir posibles lagunas de conocimientos.

En e-learning existen diferentes métodos que permiten aplicar esta estrategia. Algunas de ellas son la participación en blogs, foros o debates, y los vídeos interactivos.

4. Prácticas de recuperación

Esta estrategia consiste en demostrar el aprendizaje de forma autónoma, por ejemplo, a través del uso de cuestionarios o pruebas. Es un método que permite evocar la información y ponerla en práctica, dando al alumno la oportunidad de autocorregirse con base en sus errores o aciertos. En el e-learning las evaluaciones y los ejercicios de autoaprendizaje son ideales para poner en práctica esta estrategia, ya que otorgan retroalimentación inmediata. Un buen ejemplo de ello son los ejercicios de emparejar, agrupar o los de ABC.

5. Metáforas y metacognición

Dos estrategias que apelan al gusto natural de los seres humanos por las narrativas, las analogías y las reflexiones. A través de estos métodos al cerebro le resulta más fácil comprender un proceso desconocido porque intervienen acciones como hacerse preguntas, adoptar diferentes perspectivas y tomar decisiones. En este sentido, las escenas enlazadas o escenarios de toma de decisiones, ofrecen al alumno diferentes rutas dentro del contenido que le permiten aprender a través de experiencias realistas.

6. Aprendizaje colaborativo

Las actividades grupales y las que implican hablar con otros mejoran el aprendizaje. De hecho, el 20% de lo que aprendemos lo hacemos a través de la experiencia de otros, y una manera de fomentarlo es a través de actividades en las cuales el alumno sea capaz de reflexionar sobre lo aprendido y poner en manifiesto sus dudas y dificultades.

Para ello, las plataformas de aprendizaje online ofrecen el medio ideal para la colaboración, a través de actividades formativas y herramientas de comunicación y colaboración en tiempo real.

Tomando en cuenta estas estrategias, es posible alcanzar objetivos como potenciar el aprendizaje, mejorar habilidades y conocimientos, adquirir mayor destreza mental y mejorar la productividad tanto de los estudiantes como de los encargados de la formación.

Cristina Sánchez

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Cristina Sánchez

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