Ser freelance es un trabajo complicado por muchos motivos. La necesidad de captar clientes, la soledad existente en determinados proyectos, la necesidad de automotivación constante o la incertidumbre por el pago de los clientes son algunas de las circunstancias que hacen que ser freelance sea una aventura de riesgo.
No obstante, en este escenario no solo existen inconvenientes. La libertad de tener tu propio horario y ser tu propio jefe son algunos de los beneficios de ir por libre.
Lo cierto es que este tipo de modalidad de trabajo tiene una serie de particularidades, que obligan a los profesionales que optan por esta opción laboral a poner en juego una serie de habilidades y competencias que les diferencien de sus competidores, les hagan ser más eficientes y les permitan mantener la estabilidad y rentabilidad de su cartera de clientes.
Algunas de las competencias y habilidades profesionales más relevantes que necesita potenciar un freelance son las siguientes.
Competencias y habilidades que todo freelance debería desarrollar
Con respecto a su propio trabajo
1. Eficiencia y productividad. A la hora de afrontar los proyectos, un freelance debe establecer procedimientos que le permitan optimizar sus recursos materiales y personales. Por ejemplo, a la hora de realizar reuniones, intentar hacerlas mediante herramientas digitales para evitar desplazamientos; contar con plantillas predefinidas para determinado tipo de tareas; o, disponer de una herramienta de autor si se dedican a la creación de contenidos e-learning.
2. Organización personal. Ser freelance da libertad de movimiento, pero es importante contar con rutinas de trabajo para no perder costumbre ni “velocidad de crucero”. Ayudarse de herramientas de gestión como Trello o Outlook ayuda a planificar entregas, visitas, trabajos, tiempo libre, etc.
3. Orientación a la calidad y plazo. Todo freelance debe desarrollar esta competencia para orientar su trabajo a la excelencia, al cumplimiento de plazos y a que esté perfecto y adaptado a las necesidades y requerimiento de los clientes. De lo contrario, pagarán la factura una vez, pero “nunca mais”. El plazo de entrega y la calidad son innegociables.
4. Supervisión y control, tanto de los trabajos como de las finanzas. Muchos freelances trabajan y trabajan, pero no controlan la parte financiera. Ese es su “agujero negro”, que hace que muchos proyectos sean deficitarios y al freelance le cueste subsistir.
5. Mejora continua. Un trabajador freelance debe analizar cuáles son los puntos fuertes y áreas de mejora de cada proyecto, así como de su forma de actuar, para establecer medidas que ayuden a crecer y ajustar su oferta y calidad de servicio.
Con respecto a sus competidores y entorno
6. Visión de negocio. Muchos freelances son buenos en determinadas actividades y proyectos. A pesar de ello, en ocasiones las empresas prefieren asumir internamente dichas actividades, lo cual les deja sin negocio. Otras veces, las compañías sí optan por subcontratar lo que antes realizaban en sus propios departamentos. Saber diversificarse y especializarse es una de las claves de la supervivencia. Por otro lado, es importante saber hacer benchmarking y analizar a los competidores a nivel de oferta, servicio y precios.
7. Tolerancia a la frustración. Los proyectos casi siempre tienen plazos ajustados, y a menudo se trabaja “a la carrera”. Además, muchos clientes son poco agradecidos y “van al fallo”, sin valorar el esfuerzo y el trabajo que se ha realizado. Por este motivo, es necesario que el profesional potencie esta habilidad, para reforzar su capacidad para sobreponerse a negativas o desprecios de clientes, y ser capaz de llegar a los plazos sin excusa.
8. Capacidad de adaptación. Esta competencia es esencial, ya que un freelance tiene que tratar con infinidad de clientes y proveedores, con sus correspondientes personalidades, manías, urgencias y limitaciones organizativas. Por este motivo, tener “cintura” y ser flexible ayuda a relacionarse con ellos de forma exitosa.
Con respecto a sus clientes
9. Habilidades comerciales. Algunos freelances creen erróneamente que si son buenos en lo que hacen el negocio vendrá solo. ¡ERROR! Un freelance es el primer vendedor de su trabajo, y tiene que saber transmitir el valor añadido de su servicio antes (para que le compren), durante (para justificar decisiones y actuaciones) y después del proyecto (para que sigan contando con él/ella).
10. Proactividad e iniciativa. No vale recoger el encargo y “ya te lo daré”. Hay que hacer seguimiento, preocuparse por el cliente, cuidarle, anticiparse a sus requerimientos, dar respuesta ágil a sus dudas y reclamaciones. Esta competencia marcará la diferencia con otros freelances.
11. Orientación al cliente. El profesional debe desarrollar la habilidad de ser capaz de adaptar su servicio a las necesidades del cliente (o dar la sensación de que personaliza el servicio). Debe ser capaz de escucharle, demostrarle entendimiento, aportarle valor añadido con el trato y el servicio, etc. En definitiva, poner al cliente en el foco de su trabajo.
12. Negociación con clientes y proveedores. Muchos freelances cometen el error de regalar su trabajo. Trabajan barato, y eso hace que sus actividades pierdan valor. Es importante que el profesional impulse esta competencia para hacer valer su trabajo y que negocie para llegar a acuerdos rentables y estables, en los que ambas partes salgan beneficiadas.
Con respecto a sí mismo como profesional
13. Automotivación personal. No siempre se tiene la energía para levantarse de la cama y afrontar los retos que se presentan (o la falta de ellos). Por este motivo, el profesional debe buscar esa motivación y darle sentido a su actividad, estableciéndose objetivos a corto, medio y largo plazo. También debe dedicarse a algo que le apasione: esa será su mayor motivación.
14. Aprendizaje y autodesarrollo. Esta competencia es esencial, y está relacionada con la mejora continua. El freelance debe reciclarse y debe mantenerse actualizado permanentemente, para no perder competitividad.
15. Autocrítica. Esta competencia tan olvidada, pero tan necesaria, hace que los freelances encaren los proyectos con humildad, seguridad y confianza en sí mismos, siendo conscientes de que tienen aspectos de mejora en su trabajo, a nivel personal y relacional. La autocrítica ayuda a crecer como personas y profesionales.
16. Competencias digitales. Finalmente, todas las competencias relacionadas con las nuevas tecnologías harán de un freelance un profesional preparado para las nuevas exigencias del mercado, formas de trabajo, nuevas pautas a la hora de relacionarse con clientes, etc.
Potencia las competencias clave para trabajar como freelance con nuestra formación
Existen más competencias a desarrollar, pero potenciar estas 16 habilidades contribuirá a facilitarle el camino al profesional, para que ser freelance se convierta en una buena opción para trabajar y no en una condena.
Si eres freelance, te invitamos a que revises la lista completa de competencias. ¿En cuáles consideras que estás más fuerte? ¿En qué otras competencias te gustaría mejorar? Si necesitas potenciar tus competencias y habilidades, te ayudamos a conseguirlo.