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El flipped learning o aprendizaje invertido es un enfoque educativo donde se invierte el orden tradicional de la formación. A través de esta metodología los alumnos leen el material educativo, ven vídeos, escuchan pódcast y más, como parte de sus tareas en casa, para luego aprovechar el tiempo en clases participando en experiencias de aprendizaje activo como debates, ejercicios y proyectos.
Este método educativo aprovecha los principios del aprendizaje activo, donde los alumnos construyen su propio conocimiento y son los protagonistas de su proceso de aprendizaje.
El término flipped learning fue acuñado a mediados de los 2000 por los profesores Jon Bergman, Aaron Sams y Salman Khan. Sin embargo, ya en 1990 el profesor Eric Mazur de la Universidad de Harvard había desarrollado un modelo de aprendizaje conocido como instrucción entre pares. A través de este modelo, se proporcionaba a los alumnos materiales educativos para que se prepararan antes de clase y así poder usar el tiempo en el aula para fomentar el pensamiento cognitivo a través de la interacción entre pares.
Con la expansión del internet y la disponibilidad de herramientas digitales, más profesores comenzaron a experimentar con la distribución de materiales de aprendizaje en línea. Hasta 2007 cuando Sams y Bergmann comenzaron a grabar sus lecciones y a hacerlas disponibles para los estudiantes en línea, seguido por la publicación de su libro «Flip Your Classroom: reach every student in every class every day«. En adelante, esta metodología se ha extendido rápidamente a diversas disciplinas y niveles educativos, formando incluso comunidades de práctica e investigaciones académicas que apoyan la eficacia del flipped learning.
Al invertir el modelo tradicional de formación donde los alumnos asisten a clases y escuchan la instrucción para después desarrollar actividades o tareas en casa, el flipped learning se diferencia de otros métodos de enseñanza. Algunas de sus características distintivas son:
El aprendizaje invertido pone a los estudiantes en el centro, haciéndolos responsables de su propio aprendizaje para desarrollar habilidades como la autonomía y la responsabilidad.
El flipped learning aprovecha diversos recursos digitales como vídeos, lecturas, artículos, pódcast y más para entregar la información a los alumnos. Además, el uso de plataformas educativas y herramientas en línea facilitan el acceso al material y la comunicación entre estudiantes y profesores.
Otra de las características distintivas de esta metodología es que aprovecha el tiempo en clase dedicándolo a la aplicación práctica del conocimiento a través de debates, discusiones y proyectos individuales o grupales, fomentando el aprendizaje a través de la práctica, así como la interacción entre compañeros y formadores y el trabajo en equipo.
En el aprendizaje invertido los formadores actúan más como guías y facilitadores, ayudando a los alumnos a aplicar el conocimiento y resolver dudas. De esta manera pueden dedicar más tiempo a apoyar individualmente a los alumnos, identificando y abordando sus necesidades específicas.
Ahora exploraremos las ventajas y desventajas de este enfoque educativo:
Existen diversas metodologías que se pueden implementar en el flipped learning para mejorar el aprendizaje. Algunas de las más comunes son:
En esta estrategia los encargados de la formación crean vídeos, vídeos interactivos o webinars para que los alumnos puedan revisarlos antes de clase y de esta manera poder discutir, debatir y aplicar lo aprendido.
En el caso del flipped learning basado en lecturas, los alumnos reciben tareas de lectura, resúmenes, artículos y cualquier material escrito para su lectura y posterior discusión en clase.
A través de este enfoque los alumnos reciben un proyecto o problema para resolver antes de clase. Los proyectos pueden ser individuales o grupales y la idea es utilizar el tiempo en clase para discutir los métodos utilizados, recibir retroalimentación y debatir.
En el aprendizaje invertido basado en debates, los alumnos reciben una variedad de preguntas que deben investigar y resolver antes de clase. Luego participan en discusiones, lo cual fomenta el desarrollo de habilidades críticas como el análisis y la comunicación.
Por último, los modelos híbridos del flipped learning apelan a la combinación de todos los enfoques anteriores. Se trata de la modalidad más usada, ya que los alumnos pueden ver vídeos, asistir a webinars, completar una lectura o proyecto y luego trabajar en clase actividades prácticas relacionadas, debates o discusiones.
El flipped learning es una metodología que se emplea a menudo en el e-learning. Esta última es una herramienta útil para facilitar el acceso al aprendizaje desde cualquier lugar y en cualquier momento, utilizando la tecnología para mejorar la experiencia educativa. En el contexto del flipped learning, el e-learning proporciona una variedad de recursos y herramientas que son esenciales para su implementación efectiva:
Los sistemas de gestión del aprendizaje son fundamentales para el flipped learning. Estas permiten a los formadores cargar vídeos, lecturas y otros materiales didácticos para que los alumnos accedan antes de las clases. Además, facilitan la administración de tareas, evaluaciones y la comunicación entre profesores y estudiantes.
El uso de vídeos educativos, podcasts y presentaciones multimedia es una característica clave del flipped learning en el e-learning. Hoy en día existen múltiples plataformas e-learning que proporcionan una amplia gama de recursos audiovisuales y multimedia que pueden ser utilizados para preparar a los estudiantes antes de las clases.
Para crear contenidos personalizados, los profesores pueden utilizar herramientas de autor. Estos softwares permiten subir lecciones en vídeo, crear cursos interactivos y editar contenido de manera colaborativa, asegurando que los materiales sean claros y efectivos para el aprendizaje autónomo de los alumnos.
Las plataformas e-learning a menudo incluyen foros y herramientas de comunicación interna, donde los alumnos pueden interactuar entre sí y con los encargados de la formación. Estas interacciones son cruciales para resolver dudas y profundizar en los temas estudiados de manera autónoma, promoviendo un aprendizaje colaborativo y continuo.
El e-learning ofrece diversas herramientas para la creación de evaluaciones interactivas y autoevaluaciones, como quizzes, cuestionarios y encuestas que permiten medir el progreso de los estudiantes y adaptar las clases en función de los resultados obtenidos.
Las plataformas de e-learning también suelen incluir funcionalidades para el análisis del aprendizaje que permiten monitorizar el progreso y el desempeño de los alumnos. Estas herramientas proporcionan datos valiosos que pueden utilizarse para personalizar aún más el aprendizaje y abordar las necesidades específicas.
En resumen, el e-learning proporciona una infraestructura potente y flexible que es esencial para el flipped learning. Al aprovechar estas herramientas y recursos, es posible crear un entorno de aprendizaje dinámico y efectivo que maximiza el tiempo de clase para actividades interactivas y prácticas, mientras que los alumnos pueden acceder y estudiar el contenido a su propio ritmo.
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