Es innegable que la transformación digital es una realidad evidente desde hace unos años. En plena era tecnológica, con los irrefrenables cambios sociales y de comportamiento causados por la crisis sanitaria, la digitalización ha alcanzado el estatus de héroe y salvador de las empresas.
Esta transformación impacta desde el punto de vista cultural, personal, corporativo, estratégico y operativo y obliga a cambiar la forma de relacionarse, de trabajar, de liderar, de pensar, de planificar e, incluso, de conciliar la vida profesional y personal.
Por este motivo es fundamental tener personas preparadas para este cambio. No basta con dotar de buenos dispositivos y tecnología de última generación a las empresas. El cambio es mucho más profundo y debe tener en cuenta a las personas como punto de partida de todas las decisiones que adopte la compañía en este asunto.
Retos de la transformación digital
Aunque el mundo digital ha crecido muchísimo en los últimos años, existe una falta de adaptación en el ambiente profesional. Los estilos tradicionales de dirección, bien aplicados, han funcionado desde tiempos inmemorables.
Muchos managers o directores/as se preguntan: ¿para qué cambiar si me ha ido bien así? Además, en algunos contextos, el teletrabajo o el trabajo en remoto está mal visto y está asociado a profesionales que quieren “escaquearse”.
Pero, hay muchas ventajas de la transformación digital. Por ejemplo, según estudios del sector de los RRHH el 76% de los profesionales españoles encuestados manifiestan que la digitalización de sus departamentos les ha permitido priorizar todos aquellos asuntos relacionados con el bienestar de sus colaboradores.
Acciones para desarrollar competencias digitales
¿Pero cómo pueden las empresas empezar a trabajar de esta manera y disfrutar de todos sus beneficios? A continuación, te contamos los pasos más importantes.
- Establece objetivos. ¿Cuáles son las necesidades de tu empresa? ¿Cuáles son los puntos débiles que pueden mejorar gracias a la tecnología actual? ¿Qué procesos puedes agilizar, descentralizar y/o automatizar para mejorar tu productividad? Responde a las preguntas y descubrirás los objetivos principales.
- Revisa la definición de puestos a fin de ponerte al día y adaptarte a las nuevas exigencias y realidades.
- Incorpora y pon al día tus diccionarios de habilidades en dos sentidos: Actualiza la definición de estas y sus niveles competenciales; e incorpora las nuevas tendencias en habilidades que den cobertura a demandas y necesidades actuales.
- Mide el nivel de competencias digitales de tu personal a fin de tomar las mejores decisiones respecto a las medidas a adoptar.
- Organiza tu plan de entrenamiento. Haz uso de convocatorias, proyectos, chats, categorías, roles, gamificación… Lo que consideres necesario para planificar los pasos necesarios para que tus colaboradores se adapten a la transformación digital.
- Mide la evolución y resultados de la implantación de estas medidas y aplica las correcciones necesarias “en caliente”. En ocasiones será necesario contar con expertos en competencias y tecnología para asesorar y ayudar a la empresa a activar y movilizar todas o algunas de las fases del proceso. Será una buena decisión hacerlo, ya que pretender abarcar el proceso exclusivamente de forma interna puede complicar el desarrollo del mismo y dilatar la implantación de algunas de las iniciativas más necesarias.
Competencias clave para la transformación digital
Para llevar a cabo el proceso de transformación digital con garantías, las empresas deben realizar una redefinición de puestos y de su mapa de competencias, teniendo en cuenta las necesidades de los profesionales:
Desde el punto de vista personal, el profesional debe:
1. Mejorar su capacidad de aprendizaje (Learning Agility) y de autodesarrollo por medio de las nuevas tecnologías.
2. Aprender a crear y compartir información a través de medios digitales.
3. Potenciar sus habilidades de comunicación y socialización digital.
4. Crear y preservar una adecuada marca personal que no perjudique a su empresa, incluso, que la posicione favorablemente en redes sociales.
5. Desarrollar su capacidad para desconectar de los medios digitales para no caer en dolencias y enfermedades llamadas tecnológicas: nomofobia, ‘whatsappitis’, ‘cibercondría’.
Desde el punto de vista de su relación con su trabajo debe:
6. Saber gestionar eficientemente la información y documentación a través de medios digitales teniendo en cuenta criterios de ciberseguridad.
7. Organizarse convenientemente apoyándose en herramientas colaborativas y de gestión, por ejemplo, Sharepoint, Trello, etc.
8. Gestionar proyectos digitales con equipos remotos.
En cuanto a la relación con su equipo debe:
9. Amoldarse a trabajar en equipos en red.
10. Aplicar habilidades de liderazgo 2.0.
11. Incorporar técnicas, metodologías y comportamientos para dinamizar y formar en entornos virtuales, LMS, aulas virtuales, foros colaborativos, etc.
Respecto a la relación con sus clientes:
12. Conocer y aplicar habilidades para el e-commerce.
13. Potenciar criterios y pautas relativas a la atención de clientes en entornos digitales.
Finalmente, aquellas personas que gestionen equipos deben:
14. Adaptar su planificación estratégica a las nuevas tecnologías.
Todo ello, con una última competencia esencial que va a activar las demás:
15. Generar cambio para crear una cultura de transformación digital en toda la organización.
Estas competencias deben ir complementadas de formación en las herramientas tecnológicas que deban utilizar los usuarios, ya que sería ilógico pensar que una persona está preparada para afrontar el proceso de cambio y amoldarse a las nuevas exigencias de la transformación digital si no cuenta con los conocimientos técnicos ni las herramientas para llevarlo a cabo.
Con ambas habilidades, técnicas y competenciales, consolidadas en el perfil de cada profesional, la adaptación de cada persona tendrá garantías de éxito y eso repercutirá positivamente en un buen número de ámbitos.
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