Como todos sabemos, la formación está inmersa en un continuo cambio, donde una de las principales causas es la revolución social, digital y tecnológica. Estos cambios no son sólo relativos a la tecnología y sus usos, sino que afectan íntegramente a todo el proceso formativo y metodológico. De la misma manera que la sociedad cambia, la educación se adapta a esta nueva sociedad, sus hábitos y costumbres.
Hemos vivido muchas revoluciones en los últimos años en el ámbito de la formación y muchas de aquellas tendencias que se vaticinaron en su día, terminaron implantándose con éxito. Es el caso de iniciativas como el U-Learning (la conectividad permanente que tenemos hoy en día ha favorecido el acceso a recursos de aprendizajes formales e informales en cualquier momento y lugar), el aprendizaje en vídeo (este formato goza de la ventaja de generar un mayor engagement entre los usuarios más acostumbrados a consumir este formato en su día a día), la Gamificación (consigue un mayor aprendizaje, interacción y satisfacción del usuario manteniendo su curva de motivación gracias a la aplicación de metodologías y técnicas lúdicas), o los MOOCs (Curso masivo, abierto, online y gratuito. Fue la evolución de la educación abierta en internet).
Si actualmente tuviésemos que destacar una tendencia, sin duda es la de aplicar el Big Data a la formación. Gracias al Big Data se podrán identificar patrones de comportamiento basados en estilos de aprendizaje y se podrá dotar de mayor personalización y adaptabilidad al proceso formativo, incluyendo los elementos que más nos motivan. También permitirá adaptar el nivel de los itinerarios en función de las capacidades y motivaciones de cada alumno. Y todo esto de forma automática y con un aprendizaje continuado del sistema.
En este punto entramos en el Adaptative Learning, una solución que está cobrando fuerza y se ha convertido en una de las opciones de mayor interés para los departamentos de formación. El aprendizaje adaptativo es uno de los grandes retos de las grandes compañías. Consiste en ser capaz de adaptar el ritmo, los objetivos y los contenidos en función de las múltiples inteligencias, las capacidades y las motivaciones de los empleados, y es ya uno de los grandes retos para las empresas.
El Adaptive Learning básicamente se enfoca en la utilización de las inmensas cantidades de datos que se producen en todos los procesos de interacción del entorno formativo (incluso fuera de él), para ofrecer al empleado itinerarios personalizados de aprendizaje.
Las compañías que apuesten por utilizar herramientas en estos entornos, podrán focalizar sus esfuerzos de manera diferenciada en función de las necesidades de cada empleado, obteniendo mayor información sobre cada uno de ellos de manera muy sencilla. Potenciando por un lado el desarrollo del capital humano de la compañía y por otro lado ganando en eficiencia al ofrecer a cada persona aquello que necesita en el preciso momento.